SANTA FE, CITY OF MILONGAS
Transcribed from EL ORDEN newspaper, Santa Fe, Argentina, 16 February 1930
(Translated by Tango Decoder, italics ours)
Here’s the feeling expressed by the residents of the neighborhood of Rivadavia and San Luis streets between Gobernador Veras and La Primera Junta:
Day and night from the “cafés” that exist in this area, the grumbling hum of the Victrola or similar apparatus that assaults the ears of so many passersby who take the notion to walk in the vicinity.
But the one who suffers most from the effects of this mechanical music-mania (melomanía mecánica) is the resident of the neighborhood who has to tolerate by day, by night, and into the wee hours of the morning this incessant scraping of the needle on the record that is truly infuriating in its continuity.
The rudeness of the proprietors of these cafes, who have found in the Victrola a sure way to drum up business, especially when it is operated by delicate white hands*, has reached a height, provoking, as is natural, more than one just and legitimate protest.
As is natural, the residents of the neighborhood, the majority of them servants and laborers who have to wake up early to get to their jobs, are not happy with this intermittent grumbling (gruñido) that detracts hours from their sleep. That is the reason for the protest that, with our help, they lodged with the authorities.
For our part, in echoing of this legitimate claim of the barrio’s residents, we call the attention of the authorities, especially the Municipal Inspector, so that they may carry out the dictates of the ordinance relative to public spectacles, with respect to morality, hours of operation, and the like.
The tranquility and order of the city thus requires, despite the interests of this or that merchant, a clear decree by the administration.
NOTES:
* delicate, white hands: Probably a reference to the Victrolera, a young, often pretty girl hired to change the records and crank the handle of a Victrola in order to provide a steady stream of music for the clients of a bar, restaurant, or other establishment. Alberto Castillo interacts with a Victrolera named Eva in the photo, and in the video clip below:
Original article as transcribed:
Así en este sentido se expresan los vecinos del barrio comprendido por las calles Rivadavia y San Luis, entre las Gobernador Veras y 1a. Junta.
Día y noche, desde los “cafés” existentes en ese radio, el zumbido gruñon y agrío de las victrolas o aparatos similares, hiere el oído de cuanto transeunte tiene la ocurrencia de pasar por esas inmediaciones.
Pero el que más sufre los efectos de esta melomanía mecánica, es el vecindario que debe soportar de día, a la tarde, y hasta las altas horas de la noche, ese incesante rasguño de la púa sobre el disco en una continuidad verdaderamente desesperante y...
El descómedimiento de los propietarios de eso “cafés,” que han visto en la victrola un medio decisivo para interesa a la clientela, máxime cuando el dichoso aparato está manejado por manos blancas y delicadas, ha llegado ya al colmo provocando como es natural más de una protesta justa y legítima.
Los vecinos de dicho barrio, en su mayoría empleados y obreros, que deben necesariamente levantarse temprano para concurrir a sus tareas, no les hace gracia como es natural, ese intermitente gruñido que les resta algunas hora de sueño, y de ahi el motivo de la protesta que por nuestro intermedio formulan a las autoridades municipales.
Por nuestra parte, al hacernos eco de este legítimo reclamo de los vecinos del expresado barrio, llamamos la atención a dichas autoridades, en especial a las de la Inspección Municipal, a fin de que se hagan cumplir las disposiciones contenidas en la ordenanza relativa a los expactáculos públicos, en lo que respecta a moralidad, duración y clase de los mismos.
La tranquilidad y el orden de la ciudad así lo requiere, pese a los intereses de cierto comerciantes que de todo tienen menos de tales, así esgriman la patente acordada por la administración pública.
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